miércoles, 25 de marzo de 2015

Danny Collins, de Dan Fogelman - Letra y (no mucha) Musica



Nota: Llevo mucho tiempo sin ver nada en los cines este mes. Tengo pendiente también Still Alice y mi resumen de febrero.

Tras su separación en 1975, los 4 magnificos Beatles, 5 años después del lanzamiento de su ultimo disco "Let it Be", habían tomado sus respectivos rumbos. Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr tomaron sus propias carreras solistas (Harrison fallecería en 2001) y siguen haciendo música hasta hoy. Pero fue John Lennon el mas llamativo tras la despedida del grupo de los 4 Liverpulenses. Controversial activista y músico experimental junto a Yoko Ono, Lennon fue el centro de atención y hasta se sigue debatiendo sobre su vida y obra pasado su desafortunado asesinato en 8 de diciembre de 1980. Un 1971, un Lennon aun Beatle escribió junto con Ono una carta a un tal Steve Tilston, un cantante de jazz de entonces 21 años... pero la carta llegaría tarde, muy tarde, 39 años después hasta ser descubierto en Agosto 2010 por el mencionado. El hecho inspiro a esta película en que un Al Pacino, que se niega a abandonar su carrera, interpreta a un cantante en que se encontraría con la misma suerte que le tocó a Tilston en la vida real... no se si John y Yoko escribían así sus cartas como la que esta película me ha mostrado.


Al Pacino es el hombre del titulo, Danny Collins, una estrella de rock de los años 70 con discos exitosos a sus espaldas, sobre todo a una canción que a nadie le cansa, "Babydoll". Su vida eran las drogas y los excesos, con una joven y vergonzosa rubia como mujer, que hasta le es infiel. Pasado su cumpleaños le llega una carta escrita por el propio John Lennon, escrita hace casi mitad de un siglo, en manos de su manager Frank, interpretado por un bonachón Christopher Plummer, el mismo reflexiona sobre su estilo de vida, inmaduro y codicioso, viviendo de todo pero solo gracias a un tema intrascendente y comercial. Le llega la hora de cambiar las cosas, volver a ver a su hijo que le detesta y su familia compuesta por una mujer embarazada y una hija padeciente de hiperactividad, y evitar de una vez esa vida descontrolada y egoista.

Perdono los guiones predecibles por su carencia de pretenciones pero con la condición de narrar con estilo propio y mostrar alguna sorpresa, pero el problema es que ni se esfuerza por al menos profundizar lo que se ha visto incluso hasta en Pink Floyd The Wall (Alan Parker, 1982) y todo lo que muestra pasado un interesante inicio lo demuestra. Aplaudo mentalmente la falta de pedantería, pero los problemas del desarrollo no llaman la atención por su falta de novedad sino por su falta de interés. Los decentes diálogos no ayudan, los personajes tampoco, por mucho Pacino y Plummer haciéndolo bien. Por mucho respeto que le tengo al primero, sobre todo por la obra maestra Scarface, ademas de otros de sus trabajos como Carlito's Way, sigue dando carisma y determinación pero no pueden evitar que Danny Collins sea esa clase de personaje que nos encontraremos, el enésimo cantante que cae en los excesos y se adentra en su propio viaje por la redención personal. Ya se sabe de la rubia esa le va a poner los cuernos, ya se sabe que el chico del valet y la recepcionista serán pareja, ya se sabe de la mujer esa del hotel a quien Danny la quiere en la habitación. Ironicamente, la familia, Bobby Cannavale como el hijo Tom, Jennifer Garner como Samantha y Giselle Eisenberg como la gritona Hope, restaura el interés de la película, a pesar de que también se sabe que al menos la tercera es la "alguien especial".




Pero de Danny Collins no hay donde sacar mucho a nivel temático. Es la misma trama de un hombre tratando de redimirse, y sin mostrar una visión diferente. Se queda varado en la indecisión y la inseguridad propia, que entre los tantos temas que no le da mucho hablar estaban el intento del artista por recuperar la costumbre de componer una obra propia tras años en el descanso. Danny lo hace... hasta sucumbe ante su publico para hacerles escuchar por enésima vez "Babydoll". Deja de lado una obra que pudo ser inmortal para darse por vencido y repetirse. Era lo mas profundo que pudo llegar esta película.

Tecnicamente, esta todo entre apagado y encendido, la fotografía es la misma de siempre al igual que la calidad sonora, la dirección de un debutante Dan Fogelman apenas es estilizada en parte del montaje pero en la mayoría del tiempo va a ritmo normal, como el guion que el mismo escribió. Musicalmente, jamas pensé que Al Pacino cantaría, no he visto ninguna otra película que lo haya visto cantar a decir verdad, pero aquí yo no diría que es un cantante de calidad. La voz se nota cansada en los DOS únicos temas de la discográfica del personaje, en "Babydoll", un tema con tono de jazz-pop pegadiza y simple, y el otro cuyo nombre no recuerdo que es mas rescatable.

Hasta una película que recuerdo llamada Music and Lyrics tiene mas música y letra. De la musica y letra de Danny Collins hay mas tracks de artistas ajenos que del protagonista. Hasta lejos de lo musical se pierde en el termino medio, esta atorado. Aburre en parte, emociona en parte, no cansa pero tampoco interesa lo suficiente si no ponen en pantalla una familia con una hija hiperactiva. No se queda muda, pero no habla mucho, no pone tantos temas ni habla mucho de los pocos que le quedan. Hubiera sido una película sencilla pero con algo de atractivo si al menos se hubiera trabajado mas, pero al final se queda en algo difícil de recomendar hasta el menos exigente. No importa si una película tiene actores del calibre de Al Pacino, si es una película cuyo centro es el artista y su música, lo que importan son tanto el artista como su música.

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